Prueba

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Al inicio del capítulo 6 de Juan, Jesús alimentó a 5000 personas. El tema del alimento estaba en la mente de todos y muchos seguían a Jesús con la esperanza de que volviera a darles algo de comer. Otros recordaban cómo Dios había dado el maná al pueblo de Israel mientras vagaba por el desierto. Una vez más, pensaban en la comida física.

Pero Jesús los sorprendió diciendo «Yo soy el pan de vida». El pan que ellos necesitaban era el alimento espiritual. Por más llenos que estuvieran sus estómagos, si no saciaban su hambre espiritual, nunca se sentirían satisfechos. Y Jesús es el único que puede saciar el hambre o el vacío espiritual en el corazón de cada ser humano.

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